Ucrania ha empezado a utilizar por primera vez misiles balísticos de largo alcance proporcionados en secreto por Estados Unidos, bombardeando un aeródromo militar ruso en Crimea la semana pasada y fuerzas rusas en otra zona ocupada durante la noche, según dijeron este miércoles funcionarios estadounidenses.

Los nuevos misiles, solicitados desde hace tiempo por los líderes ucranianos, dan a Ucrania casi el doble de distancia de ataque -hasta 300 kilómetros (190 millas)- que la que tenía con la versión de medio alcance del arma que recibió de Estados Unidos en octubre pasado. Uno de los funcionarios dijo que EEUU está proporcionando más de estos misiles en un nuevo paquete de ayuda militar firmado por el presidente Joe Biden el miércoles.

Biden aprobó la entrega del Sistema de Misiles Tácticos de Largo Alcance del Ejército, conocido como ATACMS, a principios de marzo, y EEUU incluyó un número “significativo” de ellos en un paquete de ayuda de 300 millones de dólares anunciado entonces, dijo uno de los funcionarios.

Los dos funcionarios estadounidenses, que hablaron bajo condición de anonimato para hablar de la entrega antes de que se hiciera pública, no quisieron facilitar el número exacto de misiles entregados el mes pasado ni en el último paquete de ayuda, que asciende a unos 1.000 millones de dólares.

Tras ese reporte de AP, el Departamento de Estado de EEUU confirmó que se enviaron misiles ATACMS de largo alcance a Ucrania para su uso dentro de su territorio y que las armas llegaron al país este mes. “Puedo confirmar que Estados Unidos proporcionó a Ucrania ATACMS de largo alcance por indicación directa del presidente”, declaró a la prensa Vedant Patel, portavoz del Departamento de Estado.

Ucrania se ha visto obligada a racionar sus armas y se enfrenta a crecientes ataques rusos. El gobierno del presidente Volodimir Zelensky había estado rogando por el sistema de largo alcance porque los misiles proporcionan una capacidad crítica para atacar objetivos rusos que están más lejos, permitiendo a las fuerzas ucranianas permanecer a salvo fuera de su alcance.

La información sobre la entrega se mantuvo tan reservada que en los últimos días los legisladores y otras personas han exigido que Estados Unidos envíe las armas, sin saber que ya estaban en Ucrania.

Durante meses, Estados Unidos se resistió a enviar a Ucrania los misiles de largo alcance por temor a que Kiev pudiera utilizarlos para atacar en territorio ruso, enfureciendo a Moscú y agravando el conflicto. Esa fue una de las principales razones por las que la administración envió en octubre la versión de medio alcance, con un alcance de unos 160 kilómetros.

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